Pronto caen en manos de asaltantes, de bandidos, pro-confederados, quienes les obligan a conducir unos carros que serán la trampa en la que deberá caer un tren de la Unión que transporta oro.
A dos de ellos no les importa gran cosa hacerlo, pero el tercero comienza a tener sus dudas al ser un hombre de honor.
Pero el tren es atacado asimismo por los indios…

Rutinario western, muy convencionalmente dirigido por Roy Rowland, un simpático pero bastante menor director, que incluso hizo alguna peli, también westerns, en España, aunque con protagonistas estadounidenses.
Pero lo mejor, qué duda cabe, es su largo elenco interpretativo, donde además del trío protagonista, el siempre eficaz Joel McCrea, y los estupendos característicos James Whitmore y Barry Sullivan, podemos admirar el siempre excelente trabajo de, por ejemplo, Jeff Corey, el malencarado y sobresaliente Ted de Corsia y/o Martín Galarraga. Además, de claro, está, la bella Arlene Dahl, en la década de los cincuenta actriz popular muy bonita.
Una cinta más o menos amena, a veces más, a veces menos, pero digna y honesta, inmersa en genuina serie B.