Archive for the ‘Chill Wills’ Category

RIO GRANDE. 1950

febrero 9, 2010
El Coronel York combate a los apaches desde un fuerte cercano a la frontera con México.
Su hijo, que ha fracasado en West Point, se alista a su regimiento.
Dispuesta a sacarlo de allí, también llega al fuerte la esposa de York.
Es el reencuentro del matrimonio tras muchos años de separación.
En medio de un agrio conflicto familiar, la lucha con los indios se recrudece.


Buen film de John Ford, tercero de la trilogía dedicada a la «caballería», pero el menos bueno de ellos.
Por separado se trata de un estimable western, con todas las constantes de la filmografía del maestro. Sin embargo, por comparación con las otras dos no cabe duda que pierde.
Y es que es la menos destacada de ellas debido a la irregularidad de su narración, habiendo muy buenos momentos, que combinan la acción del más recio western con el intimismo «familiar», donde las cuitas de dos alejados antaño y ahora cercanos marido y mujer, llegan a ser en más ocasiones de las necesarias lo más importante en el argumento.
Esto hace que la palabra tenga más importancia que la acción, lo que en un film como este es un poco rémora, pecando de estatismo en algún momento concreto.

De todas formas, es innegable que posee la mano de Ford, tanto en el cuidado estético, con fotografía de Bert Clennon y magistral banda sonora de Víctor Young, uno de los grandes de la época. Además, el elenco interpretativo es de primera, estando poblado, como era habitual en Ford, de sus amigos, que eran legión.
Es, en todo caso, una buena película, repito, donde brilla la excelente interpretación de John Wayne, aqui bien caracterizado de hombre ya mayor. Y lo es tanto que hay ciertos críticos que la prefieren a sus otros filmes, lo que indica que no hay criterio unificado sobre ella y que posee más aristas que los que en un primer vistazo pudieran apreciarse.
Por ello merece una revisión, claro que sí.

EL CAÑÓN ROJO (Red Canyon). 1949. Valoración: 7

junio 29, 2009
Un magnífico caballo mustang de color negro, jefe de una manada de ellos que viaja por las bellas tierras de una región del oeste, es apresado por un forastero, que lo quiere usar, si logra domarlo, en una carreras donde podrá ganar mucho dinero.
Sin embargo, la hija de uno de los mayores terratenientes se encapricha también del caballo, haciendo buenas migas con él. Es la única que puede hacer que se amanse, aunque no será fácil.
Mientras tanto, una familia compuesta por padre y tres hijos, llega al pueblo, dispuestos a robar el caballo.

Agradable western menor, casi casi familiar si no fuera porque hacia el final hay un tiroteo entre miembros de una misma familia. Y eso no fomenta la buenas relaciones familiares, ¿no?.
Por lo demás, se trata de una discreta cinta del oeste, adaptación de la novela de Zane Grey «Wildfire«, donde lo que más abunda, hasta reventar, es cabalgatas y más cabalgatas tras el brioso, fuerte e inocente caballo salvaje a quienes todos quieren apresar. Eso sí, dichas cabalgatas tienen lugar en medio de agrestes y preciosos parajes, donde se alternan las áridas tierras cobrizas, con bosques y bellos lagos (Kanab, Utah, USA). Y todo ello magníficamente fotografiado con el maravilloso technicolor de la época.

El mayor trabajo se lo llevan los maravillosos jinetes, que a toda máquina y subiendo y bajando peligrosas laderas, se juegan el tipo y ganan el pan con su sudor y, supongo, algún que otro moratón.
Buenos «secundarios» como el gran Edgar Buchanan, aquí un viejo cascarrabias corto de vista y un poquito cobarde, el gran John McIntire como el ladino patriarca y/o Lloyd Bridges, como el peor de sus hijos.

Buena banda sonora y eficaz pero un tanto rutinaria dirección del hábil y destajisa artesano de Hollywood, George Sherman, autor de un buen número de westerns, tanto en cine como en añorados seriales televisivos.
Una peliculilla sobria y digna, que al final deja un buen sabor de boca.
¡Ah! Y me olvidaba citar aque Ann Blyth está tan preciosa como siempre.

ESTAMPIDA DEL NOROESTE (Northwest Stampede). 1948. Valoración: 6

May 4, 2009
La vida de Dan Bennett, estrella del rodeo, siempre había discurrido entre placeres, rodeos y ninguna preocupación, pero todo cambia radicalmente cuando recibe una carta del capataz del rancho de su padre en la que le informa del fallecimiento del Sr. Bennett, y le insta a hacerse cargo de la propiedad que ha heredado.
Allí, en su rancho de Calgary (Canadá), se hace pasar por un vaquero más.
Un caballo conocido como White Outlaw es el líder de una manada de caballos salvajes y la obsesión de Dan es capturarlo y domarlo.

Modesto en el plano técnico, al ser, indudablemente, un film barato, realizado por Albert S. Rogell con profesionalidad y sin mucha imaginación, resulta este western, empero, entretenido.
Esto se logra, sobre todo, a tener en sus filas a un buen plantes de estrellas del género, como el gran Chill Wills, y la grata presencia de «secundarios» siempre eficaces y seguros como el chistoso Jack Oakie, y hombres como Víctor Kilian, Stanley Andrews y otros de paracido talento. Además, la belleza de Joan Leslie.

La realización de S. Rogell, repito, no es para echar cohetes, en parte por tener un material de segunda y en parte porque el guión no es un dechado de situaciones esplendorosas, más bien todo ocurre tranquilamente, bueno, con algunos momentos inspirados gracias al buen montaje de Phillip Cahn, como la estampida que da título a la peli.
Y es que se hace simpática esta cinta, sin duda por los personajes que la pueblan, entrañables y con bonhomía.
Además, hay bonitos paisajes canadienses, como Calgary, Alberta y/o el Banff National Park.
Un film, repito que se ve con gusto y se olvida al cabo de unas horas, pero con bonita música de Paul Satwell y fotografía a cargo de John W. Boyle, ambos de recibo.

PAT GARRET AND BILLY THE KID. 1973

abril 13, 2009
El sheriff Pat Garret, amigo de Billy el Niño, un hombre honesto pero presto a dilucidar sus cuitas con el revólver, se enfrentan al querer el primero apresar al segundo.

«No me sorprendería, Pat, que Billy te volara la cabeza de un tiro: siempre has sido un padre para él«.
Excelente film del maestro Sam Peckinpah, al decir de muchos críticos, la obra maestra suya. Cuestión de opiniones pues para comenzar, yo prefiero «Grupo salvaje«, que quizás formalmente no sea tan completa como esta que nos ocupa, pero que me gustó más.
Pero es un buen ejemplo del cine de Peckinpah, con todas sus contantes,virtudes y casi ningún defecto, por lo que su visión constituye un aliciente positivo por diversas razones.
Como punto número uno, por comenzar por algo, es una certera visión del mundo ya crepuscular del far west, con los cambios de todo tipo que el progreso conlleva. Los personajes ven claramente que ya no pertenecen a dicho futuro próximo, con un espíritu tan alejado en fondo y forma del que ellos conocen y han experimentado a lo largo de décadas.

Como segundo punto, es un canto a la amistad entre, principalmente, dos hombres. Uno ya adulto y el otro joven (en este caso no tan joven pues está claro que Kris Kristofferson tiene algo más edad de la que tuvo realmente Billy el Niño en la realidad…). Una amistad rota por los acontecimientos, ajenos al cariño y respeto que se profesan, pero que harán que se tengan que enfrentar a muerte.
Puede que un pelo larga, más que nada por lo extenso de los personajes y ciertas escenas marcas de la casa Peckinpah, un tanto alargadas, preciosistas, donde se regodea el maestro mostrándonos su maestría en la puesta en escena. Pero el autor tiene la necesidad de contarnos muchas cosas y tomarse su tiempo para ello, por lo que no se le debe tomar en cuenta pues convence en su propuesta y al fin y al cabo nos ofrece un trabajo entretenido, emocionante, sensible, y bastante violento.
Magníficos «secundarios» como Jack Elam, Chill Wills, aquí muy mayor, Kathy Jurado, etc, etc.
Una magna obra de esas que ya no se hacen y que conviene ver en pantalla grande.
A mencionar la labor de Bob Dylan, que aquí está magnífico como músico y penoso como actor, siendo este film su tumba en cuanto a aspiraciones como intérprete.

QUIERO A ESTE HOMBRE (Honky Tonk). 1941

agosto 9, 2008

En el Oeste americano, dos farfulleros que se ganan la vida yendo de un pueblo para otro, desvalijando a los pobres vaqueros, con sus trampas en la cartas y demás artimañas, van a parar a un lugar donde uno de ellos conoce a una bella señorita.
Es la hija del juez del lugar, un hombre
que fue tan tramposo como ellos, y ahora no es más que un viejo borracho.
El sheriff del lugar es un hombre corrupto.
Empezarán los líos.



Entretenida, aunque algo menos de lo que las críticas suelen decir normalmente.
Se dice de ella que es brillante, y muy disfrutable. Lo cierto es que no está nada mal, resultando una película alegre y muy vistosa, amén de ágil a más no poder, pero esto no es decir demasiado, dado que es de la Metro, y ya se sabe que no reparaba en gastos para lo grar filmes estupendos y, a menudo, inolvidables (esta creo honestamente que poca gente la conoce y/o recuerda: yo mismo la recuerdo porque tengo la mala costumbre desde pequeño de anotar las pelis vistas y con los adelantos informáticos he ido creando poco a poco una vistosa base de datos, que si no…).
Por lo demás, en mi opinión hay exceso de diálogo entre Lana Turne r y Clark Gable, cuando lo que debe imperar es la acción, verdadero detonante de la historia.
Digamos que el western gana la partida claramente al melodrama, aunque la comedia triunfa sobre los dos, pero hay menos acción de lo que a mí me hubiera gustado.

Un film elegante, que mezcla de forma atractiva pero no demasiado convincente dos géneros que no siempre se llevan bien en la pantalla.
Al menos está beneficiado por los estimables intérpretes y una dirección sabia, como es norma en él, de Jack Conway, un director a re-descubrir, autor de un buen puñado de excelentes títulos.
En suma, que merece la pena por ver un cine que ya, lamentablemente ha desaparecido, donde no se escatimaban gastos en decorados, extras (muy numerosos), y un elenco interpretativo siempre atractivo (en este caso acompañan a Gable y Turner, nada menos que gente como Chill Wills (de nuevo), Claire Trevor, Frank Morgan, Albert Dekker (de oscuro final en la vida real) y/o la siempre segura Marjorie Main).

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ESPÍRITU DE CONQUISTA (Western Union). 1941

julio 6, 2008

El tendido del primer cable transcontinental de telégrafos en 1861 está siendo objeto de amenazas por parte de forajidos e indios.
Edward Creighton, ingeniero en la compañía telegráfica Western Union, se encarga de dirigir la instalación de una línea a través de los territorios del Oeste.
Ayudado por su hermana, Sue, recluta a personal en los pueblos más cercanos. Pero la región es peligrosa e infestada de indios.
Por esto, la compañía tiene que proponer sueldos elevados para intentar atraer a candidatos.

«La lucha en las praderas donde hombres implacables se disputan las tierras vírgenes y luchan por el amor de una mujer.Fuertes emociones propias de un país y una raza indómitos«.

Así rezaba la publicidad del programa de mano del Cine Olympia, allá por octubre de 1948.

Estimable película de Fritz Lang, que adapta una novela de Zane Grey, al que tanto leímos en nuestro juventud, que incluso en el western brilló con luz propia pese a venir de Europa, obstáculo pequeño para genios del Séptimo Arte que hacen suyos temas que en principio están fuera de su contexto histórico-social, pero que, gracias a sus brillantes virtudes cinematográficas,las hacen suyas revalorizándolas incluso.
Lang realizó tres westerns en E.E.U.U. y éste es quizás el menos bueno, pero es interesante y contiene detalles que indican que detrás de la cámara hay alguien que no parece norteamericano.
Un buen ejemplo de ello y que se explica en las escuelas de cine de todo el mundo, y no es para menos, es la escena en la que la cámara que va en redondo descubriendo paisajes, se detiene de pronto frente a valientes guerrreros indios.
Un prodigio de realización, quizás algo insólito en un western, pero que indica la imaginación en la puesta de escena de un hombre al que la justicia cinematográfica le debe algo más que sentidos homenajes.
Argumento tópico, pero gusta mucho y entretiene gracias a, como ya he dicho, una estimable realización, y a unos excelentes intérpretes, que hacen delicioso cualquier argumento en el que den vida a sus respectivos personajes (Randolph Scott, todo un western-men, John Carradine, Robert Young (futuro Dr. Welby, que tanto hizo porque los jóvenes españoles quisieran ser médicos), Dean Jagger, Chill Wills de nuevo, Bartlon Mc Lane….) y un sinfín de estupendos intérpretes que podían con todo.

Merece la pena su revisión, si ya se ha visto (creo que yo lo he hecho unas tres veces) y si todavía no se ha vistó qué decir…
Además, se puede ver como mero entretenimiento o como una muy novelada, eso sí, pequeña lección de historia, ya que habla del tendido del primer cable transcontinental. Y, aunque, repito, novelada, dramatizada, esto es, inventadas las anécdotas, sí que corroboramos, por si no lo sabíamos, que para llegar a ser Los Estados Unidos, el país que ahora es, hubo que quitar de enmedio «estorbos», como forajidos, bien, estoy de acuerdo, pero también «pieles rojas», los genuinos habitantes de aquellos vastos territorios donde hasta la llegada del hombre blanco vivían más o menos tranquilos.

En fin, que para que el progreso se obtenga, hay que pagar un «pequeño» precio. Aunque este sea las vidas de seres humanos.
Sí, lección de historia al fin y al cabo.

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BILLY EL NIÑO (Billy the kid). 1941

junio 29, 2008
William Boy, más conocido como «Billy el Niño», tiene un pasado como pistolero desde que mataron a su padre a sangre fría y él se vengó.
Pero un día conoce a un hombre que le dará una oportunidad para ser un hombre honrado.

Floja película del oeste, dotada de muy poca inspiración por parte de David Miller, un irregular realizador que sí consiguió algún meritorio éxito en otros géneros, y una verdadera maravilla: «Los valientes andan solos«, con Kirk Douglas y Walter Mathau, una especie de western moderno, que personalmente la considero una pequeña obra maestra.

Cíñendonos a «Billy the Kid«, parece mentira que sea de la Metro Goldwyn Mayer, pues para realizar esta película se utilizaron grandes cantidades de decorados que simulaban montañas, casas… estando realmente mal hechos. Cantan que es una barbaridad y le restan en ciertos importantes momentos credibilidad.
Pero no es el único fallo. Se le pueden añadir un muy irregular ritmo narrativo, con tiempos muertos que superan lo deseable, un esquematismo en la puesta en escena y un fallido halo poético.

Menos mal, aunque no lo remedia, que el elenco interpretativo es más que importante, con protagonismo de un joven (aunque mucho más viejo que el personaje real (otro de los fallos del film)) pero ya experimentado Robert Taylor, acompañado de excelentes «secundarios» (como muy injustamente se les llamaba entonces) Brian Donlevy, Chill Wills (de nuevo), Gene Lockhart y/o Ray Teal, otro habitual en el género rey (y añorado sheriff del pueblo de la mítica «Bonanza«).
En fin, si no se tiene nada mejor que hacer se puede ver, pero el tedio está presente en buena parte de la película y no deja precisamente buen sabor de boca siendo, lo más seguro, una de las menos afortunadas revisitaciones del joven Billy en la historia del cine (si exceptuamos simpáticos intentos por parte del spaguetti western, claro).

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BELLE STARR. 1941

junio 22, 2008

Belle Starr es un preciosa joven que se ve obligada a actuar al margen de la ley al perder sus tierras por le tejemanejes y corrupciones de los yanquis.
Desde entonces se convertirá en una proscrita, y una forajida.

Mediocre western dirigido por no precisamente un especialista del género, Irvin Cummings, un hombre inteligente, que siempre supo aportar su clase a los diversos géneros que abordó a lo largo de su carrera.
«Belle Starr» no está nada mal, sino que sabe a poco por culpa de un guión más bien sosito que no supo extraer la verdadera personalidad del personaje protagonista, no olvidemos real, y que está considerada como uno de los iconos del far west, ejemplo de lucha y rebeldía ante la opresión e injusticia, aunque ella misma, una vez fuera de la Ley también realizó hechos reprobables. Pero no se trata en esta ocasión de juzgarla, sino, al estilo de Hollywood, sobre todo del viejo, dramatizar, inventando si hace falta hechos históricos, de otorgarle una pática de heroísmo que le situara directamente en la leyenda.
Sin embargo, y esta es la parte fuerte de la filmografía de Cummings, la parte técnica está bien cuidadada, con una preciosa fotografía en color y bellos paisajes.

Gene Tierney, la gran protagonista ¡cómo no! sale preciosa, pero sucede que la acción no abunda y acaba la cinta resultando un poco tediosa.
Así al menos recuerdo yo, ya que la vi hace ya un montonazo de años. Pero me pareció que se había perdido una buena oportunidad de hacer crecer el personaje y que había mejores realizadores para tal empeño.
No obstante, repito, no aburre talmente, sino que el ritmo es muy irregular para el género que nos ocupa, donde la acción y clímax debe ser constante. Aquí no lo es, y a veces prima el factor humano, pero con gran palabrería, sobre la realizadora de gestas y luchas contra la corrupción reinante en una época de Norteamérica que cimentó las bases sobre las que se asienta actualmente.
Buen elenco interpretativo, donde sobresalen Randolph Scott, Dana Andrews, Mae Mars y el siempre excelente Chill Wills.
Se puede ver, no molesta en absoluto, pero creo honestamente que se trata, viendo el resultado final, de un producto menor, que no de serie B.
A continuación el vídeo de YouTube, donde podemos ver, además de escenas del film, fotografías de la época con la verdadera Belle Starr.

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EL FORASTERO (The Westerner). 1940

May 25, 2008
Disputas en la posesión de territorios, donde el famoso Juez Roy Bean, colgaba a hombres después de simulacros de juicios.
Enamorado de una actriz de teatro y variedades a la que no ha visto nunca, la famosa Lily Dantry, conocerá a un forastero que querrá acabar con sus despiadados métodos.

«- ¿De dónde viene, forastero?
– De ningún sitio en particular.
– ¿Y a dónde se dirige?
– A ningún sitio en particular. Todos los sitios son buenos para pasar de largo

Muy buena película de William Wyler, entretenidísima en todo momento y toda una lección magistral de cine.
Excelentemente dirigida, muy bien interpretada, sobre todo por Walter Brennan, ganador del Oscar al mejor actor secundario por este papel, la cinta se degusta a cada fotograma.

Inteligentísimos y muy divertidos diálogos, sobre todo entre los dos protagonistas, un afán de aunar historia con leyenda (ambos personajes: el muy particular juez Roy Bean y la famosa cantante Lily Dantry existieron realmente), y un sentido de la espectacularidad en las escenas de acción, hacen de «El forastero» un pasatiempo inolvidable, una gozada para los sentidos, con uno de los finales más sublimes y emotivos de la historia del cine.
Soberbia de principio a fin es sin duda alguna una pequeña obra maestra a la que el tiempo le otorga a cada día más valor.
Un clásico en toda regla.
En el año 1972, el famoso y excelente director John Huston, realizó una especie de remake de esta cinta, con el título «El juez de la horca«, con Paul Newman como el inefable Juez Roy Bean, esta vez personaje protagonista de la historia.
Este film no estuvo nada mal y supone un soplo de aire fresco al western de los setenta, pero queda bastante por debajo del de Wyler.

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UNIÓN PACÍFICO (Union Pacific). 1939

May 4, 2008
Se narran las luchas y esfuerzos por los trabajadores que consiguieron crear el Unión Pacífico, la primera línea de ferrocarril de los Estados Unidos.
Había honradas personas que lucharon denodadamente por convertir el sueño en realidad, pero también criminales que trataron lo contrario.

Muy buen western de Cecil B. De Mille, quizás su mejor film.
Se trata de una película soberbiamente narrada, donde lo espectacular está sabiamente unido a lo intimista.
Tanto los esfuerzos y luchas para crear el Unión Pacífico, como la historia de amor a tres bandas, están magistralmente expuestas.
El resultado es un film entretenidísimo, con una dirección ágil y unas sublimes interpretaciones (Joel McCrea, Robert Preston, Brian Donlevy, Anthony Quinn…).

Hay momentos realmente inolvidables como la tensión en el carromato de la protagonista (maravillosa Barbara Stanwyck) momentos después de haber asaltado el tren donde se transportaba la nómina para los trabajadores.
Tensión muy bien medida, ningún plano sin sentido ni sobrante, y un ritmo de magistral interés in-crescendo, hacen de esta cinta, una auténtica gozada que una vez vista no se olvida jamás.
A ver cada cinco años o así para no olvidar lo que es, realmente, buen cine.

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